jueves, 24 de marzo de 2022

LOS VENCEJOS, NUESTROS MEJORES ALIADOS CONTRA LOS MOSQUITOS

Nuestros vencejos ya están aquí, y los llamo nuestros vencejos porque son los que se comen todos los años nuestros mosquitos, esos que tanto nos molestan en cuanto las temperaturas suben un poco. Estas pequeñas aves migradoras son capaces de comer unos 80 insectos/hora, eso son unos 800 insectos/día. Son muchos no.

Igual ni siquiera eres consciente de que están ahí y de lo que hacen por nosotros. Si es así solo tienes que mirar arriba cualquier tarde, antes del atardecer es la mejor hora, al cielo en tu barrio y los verás, volando ágilmente entre los edificios, donde comenzarán a anidar muy pronto, aprovechando algún hueco o rendija en la estructura de las viviendas.


Estas aves insectívoras, junto con otras como las golondrinas y los aviones, están disminuyendo muchos sus números en las últimas décadas. Esto es debido precisamente sobre todo a que muchos de nosotros no somos conscientes de la importancia que tienen. Vecinos, comunidades de vecinos, administradores de nuestros bloques de edificios, incluso nuestras administraciones locales, son poco conscientes de la importancia de estas aves para nuestra salud y el medio ambiente de nuestras ciudades.

Podemos encontrar colonias de estas aves en los edificios más emblemáticos de la ciudad de Huelva. El Estadio Colombino, la Plaza de Toros de La Merced y el Centro Comercial Aqualon albergan algunas de las mayores colonias de la ciudad.




En la Catedral de la Merced o la Iglesia de San Pedro también también encuentran refugio los vencejos



La antigua Estación de Renfe, el Gran Teatro, el Parque Alonso Sánchez, las Casas del Barrio Obrero y algunos de nuestros centro educativos y hospitales, también albergan importantes números de estas aves, protegidas por la ley.


Lamentablemente, los encargados de velar por la protección de estas aves, las gestores urbanísticos de nuestra ciudad, no les están prestando la debida atención y no velan debidamente por la protección de estos imprescindibles aliados urbanos, a lo que obliga la normativa. 

Desde la Asociación Huelva Naturaleza y Aves (Ahuna) seguiremos intentando que esto cambie y continuaremos nuestra labor para hacer conscientes a la población y a las administraciones responsables de estas materias de la importancia de la conservación de estas preciosas, elegantes y beneficiosas aves urbanas.





miércoles, 23 de febrero de 2022

CENSO AVIONES DE LA CIUDAD DE HUELVA 2021




Se censaron un total de 75 colonias de avión común. El 50% de ellas eran muy pequeñas, de solo unos 5 nidos, el 35% eran pequeñas de unos 10-20 nidos, el 6,5% eran grandes con unos 25-40 (5 colonias), y sólo el 4% de las colonias eran muy grandes con mas de 100 nidos. Prácticamente en todos los casos las colonias están localizadas en los aleros de los edificios, sin que se haya observado una preferencia por alguna orientación de fachada.



En cuanto a su distribución, las colonias se concentran en los distritos 2, 5, 6 y 7. Destacan las concentraciones de nidos de los barrios de Las Colonias, El Higueral y sobre todo la de La Hispanidad, con unas 15 agrupaciones de nidos en una zona manzana.


Entre las colonias mayores cabe destacar la desmantelada recientemente en el edificio situado en la Plaza de Corteconcepción, que tuvo unos 300 nidos. Se observa además en alguna de las fachadas la colocación de medidas disuasorias en forma de pinchos anti-aves. Sería procedente recabar información sobre si esta actuación se llevo a cabo con los pertinentes permisos.



También hay que mencionar que la mayor colonia de la ciudad, con unos 500 nidos, se encuentra localizada en el alero del Edificio de Diputación en obras de la calle Martín Alonso Pinzón.



La tercera mayor colonia, con unos 200 nidos, se encuentra en un bloque de viviendas de 8 plantas situado junto a la Plaza de la Nava.



Podemos concluir que, dado que prácticamente la totalidad de las colonias de avión común de la ciudad se asientan sobre aleros de edificios, como la gran colonia de la calle Lima con unos 300 nidos, 



y puesto que la disponibilidad de estas estructuras es amplísima dentro de la ciudad, la continuidad de la presencia de estas aves urbanas en la población de Huelva no está amenazada, más allá de problemas derivados de otra índole. También hay que apuntar la fuerte querencia de estas aves por los lugares donde nacieron, lo cual las empuja a intentar criar en la misma colonia de nacimiento, de ahí la importancia de intentar mantener las colonias existentes.




CENSO AVIONES Y VENCEJOS HUELVA 2021



Durante el mes de Junio de 2021, cuando ya todas las colonias están plenamente asentadas, y durante siete jornadas, se recorrieron en bicicleta unos 110 km por todos los distritos y barrios de la ciudad de Huelva. La toma de datos se realizó a través de la aplicación movil Observado, la cual permite geolocalizar las colonias y añadir fotografías.

En el caso de los aviones se estimó el número total de nidos activos en cada localización y se anotaron detalles referentes al tipo de edificación utilizada (especificando en el caso que fuera algún edifico público), el estado de la colonia, destrucción reciente de nidos, o toma de medidas disuasorias.


En el caso de los vencejos, no se hizo distinción entre vencejo común y vencejo pálido. Se estimó el número de aves volando en torno al lugar de anidamiento redondeando por decenas. Además se anotaron detalles sobre el tipo de edificio donde se estos se localizaban, la localización dentro de este (grietas o agujeros en la estructura, huecos de persianas, debajo de aleros o tejas) y sobre la toma de medidas disuasorias. Hay que señalar que hay que evitar los días nublados por la ausencia de estas aves en torno a las colonias. 


Durante este censo se han localizado una seria de grandes colonias de aviones y vencejos que merecen una atención especial, y varias casos donde se han encontrado colonias desmanteladas y toma de medidas disuasorias que también merecen análisis por parte de las administraciones competentes.


PROGRAMA NIDOS DE BARRO

Desde Ahuna hemos iniciado una nueva línea de trabajo dirigida a proteger las colonias de aviones y vencejos de nuestros pueblos y ciudades y concienciar sobre la importancia de estas aves insectívoras, junto con las golondrinas, para mejorar el medio ambiente urbano y la salud de los que lo compartimos con ellas.

A menudo, nuestros vecinos no son ni siquiera conscientes de su presencia, y mucho menos de su importancia. Otras veces, las molestias causadas por la presencia de estas aves en nuestras viviendas llevan a muchos a destruir sus nidos, acción que está prohibida por ley y que puede ser motivo de sanción.

El declive de las poblaciones de estas aves migradoras está siendo muy acusado en los últimos tiempos y esto irá en detrimento de nuestra salud y la del entorno en el que vivimos. Estamos a tiempo de actuar. 
 
Las golondrinas, aviones y vencejos llevan ya años protegidos por nuestra legislación. El Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero, para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas, especifica que «aviones, vencejos y golondrinas son aves en régimen de protección especial.» 

En la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, se añade que queda prohibido retirar los nidos de aves protegidas salvo permiso especial en su artículo 54 y nunca en época de cría. Según esta ley, queda prohibido dar muerte, dañar, molestar o inquietar intencionadamente a los animales silvestres, sea cual fuere el método empleado o la fase de su ciclo biológico. Esta prohibición incluye su retención y captura en vivo, la destrucción, daño, recolección y retención de sus nidos, de sus crías o de sus huevos, estos últimos aun estando vacíos, así como la posesión, transporte, tráfico y comercio de ejemplares vivos o muertos o de sus restos, incluyendo el comercio exterior. 

Según la ley, nadie puede retirar los nidos una vez que están instalados, salvo que se solicite una autorización excepcional del organismo autonómico competente en medio ambiente. Y, en tal caso, sólo podría hacerse bajo unos supuestos muy concretos, siempre que no sea época de cría y si no existe una solución satisfactoria a la retirada del nido. 

El vencejo pálido además está incluido en la lista de especies en régimen de protección especial (Real Decreto 139/2011), que integra aquellas especies, subespecies y poblaciones que merecen especial atención y protección. El listado se basa en lo que se especifica en el artículo 56 de la Ley 42/2007, de 13 de Diciembre, del Patrimonio Natural y la Biodiversidad, estando prohibido afectar negativamente a sus poblaciones. Así, el artículo 57.1 de la Ley citada, sobre "Prohibiciones y garantía de conservación para el Especies incluidas en la Lista de Especies Silvestres en el Régimen de Protección Especial" establece, entre otras, la siguiente prohibición: "Tratándose de animales, incluidas sus larvas, crías o huevos, el de cualquier acto hecho con el propósito de darles la muerte, capturar, perseguir o molestar, así como la destrucción o deterioro de sus nidos, vivares y lugares de reproducción, invernada…”.

El vencejo pálido figura también listado en el Anexo II del Convenio de Berna (BOE n° 235 de 1 de octubre de 1986), relativo a conservación de la vida silvestre y del medio natural en Europa, ratificado por el Estado Español, como "Especie Estrictamente Protegida”. En su artículo 6 se detallan las prohibiciones relativas a su captura, posesión o muerte, al deterioro o destrucción intencionados de los lugares de reproducción o de las zonas de reposo y a la perturbación de estas especies protegidas especialmente durante su reproducción, crianza o invernada.

Queda claro por tanto que existen suficiente soporte legal para solicitar de las distintas administraciones competentes una gestión adecuada de estas especies de aves urbanas. Esta gestión debería incluir el establecimiento de protocolos de actuación ante solicitudes de eliminación de colonias que incluyan el análisis adecuado de la situación y la toma de medidas compensatorias en caso de que se apruebe la actuación.

Ahuna, con idea de colaborar en la buena gestión de estas especies urbanas, y coincidiendo con la declaración del vencejo pálido como ave del año por la Sociedad Española de Ornitología debido al declive de sus poblaciones, inició en 2021 el Programa Nidos de Barro. 
 
Los objetivos de este programa son: 
- Conocer el estado de las poblaciones de aviones y vencejos de nuestros pueblos y ciudades para detectar puntos que requieran una especial protección y actuación.
- Transmitir a las administraciones locales la idea de la necesidad de proteger y conservar las poblaciones de estas y otras especies de aves insectívoras mediante la aplicación de las leyes existentes al respecto.
- Concienciar a los habitantes de nuestra comarca sobre la utilidad de las aves insectívoras en el control de las poblaciones de insectos y la mejora de la habitabilidad de nuestros pueblos y ciudades, y sobre las alternativas existentes a la destrucción de sus nidos.

Para conseguirlos nos hemos planteado:
- Realizar gradualmente censos de estas especies en las poblaciones de nuestra comarca, buscando la colaboración de sus habitantes a la vez que se mejora y pone a punto la metodología de toma de datos.
- Entregar anualmente un informe a las administraciones locales y provinciales competentes en materia de urbanismo y medio ambiente, denunciando si fuera necesario los casos de infracción de la normativa.
- Realizar un inventario de edificios públicos que requieran especial tratamiento en relación con estos temas, que se deberá de mantener actualizado.
- Asesorar a los ayuntamientos para la creación de ordenanzas municipales que trate la protección de la avifauna de entornos urbanos.
- Impulsar la creación de pautas de diseño arquitectónico y de ordenación del territorio que palien los problemas derivados de la presencia de las colonias de estas aves.
- Organizar reuniones con comunidades y asociaciones de vecinos, en colaboración con las administraciones competentes, para plantear soluciones sostenibles a los problemas que puedan plantear en relación a la presencia de estas aves en sus comunidades.
- Realizar charlas en los centros escolares para informar  y concienciar sobre el tema.
- Recogida de pollos caídos en torno a las grandes colonias localizadas previamente. 
 
Tenemos la esperanza de que encontraremos la implicación y la colaboración necesaria de las administraciones implicadas y que conseguiremos entre todos concienciar a la población sobre la importancia de proteger a estas útiles aves y la necesidad de respetar y conservar sus colonias de cria.

martes, 15 de junio de 2021

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA


Este es el tipo de imágenes que los amantes de la naturaleza quisieran no tener que ver nunca, pero no podemos cerrar los ojos ante ellas. Por eso queremos compartirla con vosotros.

Además, este no es cualquier grupo de amantes de la naturaleza. Este grupo de personas en particular, que hemos tenido que ser testigos en primera persona de esta triste imagen, lleva más de un año trabajando duramente para evitarla. 

No nos sentimos derrotados por ella, todo lo contrario, nos da aun más energía y ganas de seguir trabajando para no volver a tener que contemplarla nunca más. Sabemos que no va a ser fácil, pero vamos a poner todo de nuestra parte para conseguirlo.

La foto de arriba fue tomada ayer en la Playa Canina del Espigón, cuando uno de nuestros colaboradores paseaba por ella para comprobar el estado de las numerosas parejas de chorlitejo patinegro que intentan criar allí, a pesar de la total desprotección en la que se encuentran. 

El chorlitejo patinegro es una pequeña ave limícola que está incluida en el Libro Rojo de las Aves de España como especie vulnerable. Además, está considerada como de interés especial en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. En nuestra comunidad andaluza la población ha descendido tan sensiblemente en las últimas décadas, que aunque en su Libro Rojo está considera como “datos insuficientes para evaluar su estado de conservación”, hay quién la considera “en peligro de extinción”. Se estima que las poblaciones de esta ave se ha visto reducida en los últimos 20 años hasta en un 70% en muchos lugares de la costa.


En distintas zonas de nuestro litoral andaluz se están tomando medidas diseñadas y puestas en práctica muy a menudo por grupos de voluntarios pertenecientes a distintas asociaciones conservacionistas. Se trata de medidas sencillas, baratas y de fácil puesta en práctica. En muchos casos se cuenta con la colaboración y participación de ayuntamientos de entidades locales, centros educativos, empresas y la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, y los resultados son más que esperanzadores. Son destacables los esfuerzos que se están realizando en la vecina provincia de Cádiz, donde existen claros protocolos de actuación ante la presencia de estas aves nidificando en las playas.

En nuestra costa onubense, grupos conservacionistas como SEO Birdlife y la recientemente creada Asociación Huelva Naturaleza y Aves (Ahuna) estamos en nuestra segunda temporada trabajando en la protección de las colonias de aves costeras nidificantes de nuestras playas a través del Programa Nidos en la Arena. Hemos conseguido perimetrar y señalizar varias colonias reproductoras de charrancito común y chorlitejo patinegro, y por tanto prestarles protección, con la valiosa colaboración de los ayuntamientos de buena parte de nuestras poblaciones costeras. Queremos mencionar en particular la inestimable ayuda prestada por ayuntamientos como el de Ayamonte, Cartaya, Lepe y Punta Umbría.


La presencia de chorlitejos patinegros anidando a todo lo largo de de las Playas del Espigón de Huelva desde hace muchos años es de sobra conocida tanto por los responsables del Paraje Natural Marismas del Odiel, dentro del cual se localiza esa playa, como por los gestores del Ayuntamiento de Huelva, a cuyo término municipal pertenecen, siendo ellos los responsables de su mantenimiento y limpieza.



La huella dentro de la cual yace muerto el pequeño pollo de chorlitejo patinegro, pertenece presumiblemente a uno de los vehículos utilizados en la limpieza de dicha playa.

Desde Ahuna, demandamos y exigimos la inmediata puesta en marcha por parte de los gestores y responsables aludidos de medidas dirigidas a la protección de estas aves costeras que se reproducen en las Playas del Espigón, ante el inminente inicio de la temporada alta veraniega y la llegada a esas playas de gran número de usuarios. Estos usuarios deben ser debidamente informados de la presencia de estas aves en las playas, la importancia de su protección y las sencillas medidas que pueden tomar para asegurar la continuidad de su existencia en las mismas.

Texto: José Antonio Sánchez
Fotos: José Manuel Fernández y Rafael Rodríguez Sierra

jueves, 15 de abril de 2021

DOS CHORLITEJOS EN SANTA PURA 2: LA CUARTA OLA

 A media tarde de un soleado día de finales de Marzo, nuestra pareja favorita de chorlitejos, Chiara y Alex, contemplan con satisfacción el lugar elegido para comenzar el proyecto de nidada de esta primavera. Se habían afanado durante varios días anteriores en construir nidos en varios puntos cercanos en esa zona de la playa en concreto que les había gustado más. Pero después de pensárselo bien decidieron que este en particular reunía las mejores condiciones. Este nido es…no sé…más bonito habría pensado Chiara. Y Alex habría estado de acuerdo, unos últimos retoques arrimando una pequeña concha por aquí, un pequeño trozo de cuerda raída por allá y, e voilà listo quedó para comenzar la tarea de traer al mundo una nueva generación de chorlitejos patinegros.



Por delante tienen ahora unos cuantos días para disfrutar de la vida. Que en qué consiste eso de disfrutar de la vida para un chorlitejo patinegro os preguntareis algunos. Bueno pues cosas sencillas, disfrutar de un bonito amanecer con vistas infinitas para comenzar el día, corretear por las húmedas arenas que la marea en retirada acaba de abandonar para estirar las patas, darse una vuelta por las cercanas marismas a la hora del almuerzo para mantener las alas en forma y el estómago ocupado o alternar con los vecinos de la manera más amigable posible porque nunca se sabe si algún día los necesitarás. Son cosas que ellos saben hacer muy bien, de hecho nacieron sabiendo cómo hacerlas y cómo disfrutarlas también. Son vidas aparentemente fáciles que sin embargo no carecen de complicaciones inesperadas.


Un día, mientras Chiara explora su vecindario en busca de algo para merendar, siente algo que no había sentido nunca antes, unas pequeñas contracciones en la barriga. Sin necesidad de que nadie se lo haya enseñado sabe lo que significan, el primer huevo viene de camino. Se acerca a su nido y allí encuentra a Alex, que se afana como cada tarde en mantenerlo en perfecto estado y borrar los efectos del fuerte viento de esa jornada. Un pequeño empujoncito, y un pequeño huevo de color crema lleno de motitas oscuras es depositado con delicadeza sobre la cálida arena. En pocas horas llegarán otros dos más, siendo el segundo ligeramente mayor, como si la naturaleza, siempre sabia, no quisiera dar ventajas al primogénito, que comerá primero, ni al tercero que quizás concentre los cuidados de los ilusionados padres.



Alex contempla incrédulo una escena que le parece maravillosa, tres pequeñas obras de arte que le hacen sentir feliz e intranquilo a partes iguales. Sabe, sin que nadie se lo haya contado, que el trabajo duro comienza ahora. Por delante vienen días de duro esfuerzo en el que su papel será tan importante como el de la futura madre. A partir de ese momento Chiara no abandonará el nido durante el día casi para nada, apenas para comer un bocado cuando la marea baja. Cuando cae la noche, una gran luna brillante y redonda ilumina la preciosa playa que se extiende a lo largo de kilómetros en ambas direcciones. Es entonces cuando el trabajo de Alex de mantener a los visitantes indeseados lejos de su futura familia acaba y Chiara le cede el turno en el nido. Ella estira las patas y baja a refrescarse un poco después de tanto sol acumulado durante su larga prostración.  El paseo hasta la suave rompiente se hace más largo estos últimos días, puede que esa orgullosa y oronda luna que la observa tenga algo que ver.



De madrugada, algo saca a Alex de su duermevela. Uti-rut”, oye de nuevo procedente de la orilla, el sonido atraviesa a duras penas la acalorada discusión de las olas, pero él no tiene dificultades para percibirlo. Es Chiara, que vuelve precipitadamente de su paseo. La marea ya está subiendo, nada raro considerando que hace ya un buen rato que se alejó. Chiara no utiliza nunca ese familiar grito de alarma sin motivo. Ella no bromea con esas cosas. Alex abandona su caliente cama y se acerca al mirador, un brusco escalón de casi un metro de altura que la última marea alta excavó en la blanda arena de la playa. Desde allí, junto a Chiara, observa la línea de rompiente, ya muy cerca de donde se encuentran. Una ola rompe tan fuerte contra el escalón que les salpica la cara y les obliga a retroceder unos pasos. Se miran con preocupación. Vuelven la vista hacia arriba y se topan con el inalcanzable y enigmático gesto de la reina de la noche. Esta vez les mira diferente, con un cierto pesar dirían ellos.



Se dirigen de vuelta a su nido, dos nuevas líneas de huellas con tres dedos se dibujan en la arena humedecida por la noche. Chiara insiste en volver a ocupar su puesto sobre los huevos, parece preocupada. Alex, de pie junto al nido, observa como una segunda ola hace derrumbarse una larga sección del escalón frente a ellos. Puede oír los débiles gritos de alarma de sus vecinos más próximos, a unos 50 metros de distancia, ahogados por el estruendo del mar embravecido. Sus vecinos del otro lado están algo más lejos, no consigue llegar a oírlos. La siguiente ola choca con el debilitado escalón, ya convertido en una especie de tobogán y consigue sobrepasarlo. Una línea ondulada de espuma blanca brilla a la luz de la luna mientras avanza cabalgando sobre las ondulaciones de la arena. La apacible vida de dos felices chorlitejos comienza a dar un inesperado giro. 



Otro largo trozo del escalón cae abatido por el empuje de las olas. Una segunda ola, con el camino allanado por la anterior, sobrepasa el aplanado tobogán en el que este se ha convertido y avanza amenazador hacia Chiara y Alex. La línea de espuma blanca que separa la alegría de la tristeza viene esta vez decorada con pequeños trozos irregulares de negra madera. Varios metros de arenas secas después la línea desaparece como absorbida por alguna fuerza invisible. Chiara se pone en pie y va a reunirse con Alex, que continúa con gesto nervioso montando guardia a pocos centímetros del nido. Puu-iit" suena temblorosa Chiara cuando una tercera ola salta salvaje y amenazadora y produce una línea blanca que avanza veloz hacia ellos. Se detiene a escasos metros de distancia. 


La cuarta ola. Es la cuarta ola la que, sin cara ni gesto que enfrentar, salta con furia desatada para reclamar el territorio en nombre de su padre. Avanza sin odio pero sin mesura y arrasa todo lo que encuentra a su paso, incluidas las esperanzas y proyectos de nuestros dos protagonistas.



La quinta y la sexta olas ya no importan a Chiara y Alex, que contemplan con pesadumbre la trágica escena desde su atalaya en la primera línea de dunas, pero estas completan la tarea y consiguen conquistar la totalidad de la playa hasta la base de las dunas. "Uit-uit" sentencia Alex, esto no es el final de nada imagino que le dice a Chiara, sino un nuevo principio de todo.



Continuaré atento a los acontecimientos y aquí os los iré contando  puntualmente. Espero poder relataros sólo buenas noticias de aquí en adelante.


Texto: José Antonio Sánchez
Fotos: José Antonio Sánchez y Jero Caro Rodríguez

martes, 23 de marzo de 2021

DOS CHORLITEJOS EN SANTA PURA 1: CHIARA Y ALEX


Pareja de chorlitejo patinegro con el mar de fondo

Estos son Chiara y Alex, una pareja de chorlitejos patinegros. Llegaron a la Playa de Santa Pura en La Antilla (Lepe) hace unos días. Probablemente no se conocieron aquí, sino en las cercanas Marismas de El Catalán, donde pasaron el invierno. 

Macho de chorlitejo patinegro
Este es Alex

Hembra de chorlitejo patinegro
Esta es Chiara

Ya se han declarado su amor con pío-píos y arrumacos y ahora, cuando ya viene entrando la primavera, una fuerza interior que no pueden, ni quieren controlar les ha empujado hasta aquí. Hablo del instinto, un impulso irresistible que en este momento del año los impulsa a iniciar su época de reproducción. Y aquí, en las tranquilas Playas de Santa Pura encuentran el lugar ideal.

Vista de la Playa de Santa Pura

O al menos eso es lo que ellos piensan, porque eso es lo que sus padres, sus abuelos, sus tatarabuelos hicieron, y lo que los chorlitejos patinegros han estado haciendo durante cientos o miles de generaciones pasadas. En realidad, ahora las cosas han cambiado, y mucho. La mayoría de esos lugares donde estas pequeñas aves criaban tradicionalmente han desaparecido. De hecho, ya quedan muy pocas playas tranquilas a lo largo de la costa onubense donde puedan encontrar suficiente espacio libre de perros y toallas, donde traer a sus pollitos al mundo. Y las Playas de Santa Pura es uno de ellos.

Vista de las dunas y la playa de Santa Pura

Pero volvamos a Chiara y Alex, porque están de suerte. Aquí en Lepe todavía encuentran bonitos lugares junto a las dunas donde intentar crear una nueva de generación de chorlitejos patinegros. De hecho, estos últimos días del invierno, de temperaturas suaves, les han venido de perlas para comenzar con su importante tarea. Y ya se han puesto manos a la obra para construir su sencillo pero acogedor nido en la arena.

Nido de chorlitejo patiengro en la arena de la playa

Pero, ya os advierto, que esta historia que acaba de comenzar no tiene un final feliz asegurado. Estos dos pequeñajos emplumados se van a enfrentar durante las próximas semanas y meses a no pocos problemas. El lugar al que han venido a fortalecer sus lazos amorosos, puede que no sea en realidad ese paraíso idílico al que han creído llegar. La paz en este bonito rincón de la Playa de Santa Pura, no lejos de las últimas casas de La Antilla, tan tranquilo todavía, se va a romper pronto. 

Nido de chorlitejo patiengro en la arena de la playa

Dentro de muy poco la playa comenzará a llenarse con los que disfrutamos de la playa durante nuestras vacaciones de Semana Santa y Verano. Algunos de nosotros traeremos a nuestra mascota, para que disfrute del espacio abierto y corran libres por las arenas. Y la mayoría de nosotros, no seremos conscientes de la frágil historia de amor que se desarrolla junto a nuestras toallas, bajo nuestros pies, a ras de suelo.

Nido de chorlitejo patinegro en la arena de la playa


De modo que la manera en la que se vaya a desarrollar esta historia va a depender en gran medida de ti, de todos nosotros. De nosotros va a depender que este cuento tenga ese final feliz que todos queremos. De todos nosotros va a depender que las Playas de Santa Pura sigan guardando entre sus arenas este maravilloso tesoro. Y aquí os voy a ir contando esa historia poco a poco, capítulo a capítulo, esperemos que la pueda ir llenando de muchas más sonrisas que lágrimas. 

NOS VEMOS EN LA PLAYA

Texto: José Antonio Sánchez
Fotos: José Antonio Sánchez y José Carlos Rodríguez

LOS VENCEJOS, NUESTROS MEJORES ALIADOS CONTRA LOS MOSQUITOS

Nuestros vencejos ya están aquí, y los llamo nuestros vencejos porque son los que se comen todos los años nuestros mosquitos, esos que tanto...